
Le hice un encargo muy especial a Santa. Le dije: como se trata de la mujer más especial, quiero que vayas lo más rápido que puedas, si es posible en bicicleta o en moto, para que le entregues mi encargo. Y le advertí: llévalo con sumo cuidado, porque lo que llevas de regalo a esa mujer, ¡es mi corazón que arde de amor por ella!, y apúrate porque ya tenemos muy cerca la noche de Navidad, y el arbolito espera por tu encargo. Su respuesta fue: ¡Jo,Jo,Jo,Jo!, esa mujer pronto apagará ese incendio, porque yo me encargaré diligentemente de tu recado. Feliz Navidad.
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